Podríamos resumir la respuesta en que sí, las criptomonedas son arriesgadas. Cualquiera que haya pasado cinco minutos leyendo acerca de ellas sabe que son algo nuevo, no probado y cuyo valor puede subir y bajar rápidamente.

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Sin embargo, solo porque algo sea arriesgado no necesariamente significa que no deberías invertir en ello. De hecho, los activos arriesgados tienen cabida en cualquier cartera de valores, si sabes cómo gestionarlos.

Así que vamos a enseñarte a gestionar algo tan arriesgado como las criptomonedas.

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¿Cómo de arriesgadas son las criptomonedas? 

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Ya hemos explicado el riesgo en las finanzas anteriormente. Pero, si no lo recuerdas bien o no leíste nuestra publicación sobre el tema, puedes encontrarla aquí. 

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En resumen, el riesgo radica en la probabilidad de que tu inversión caiga en picado, potencialmente incluso hasta cero. Todo tiene cierto componente de riesgo: hasta las acciones de una compañía respetable pueden no valer nada si esa compañía de repente cae en bancarrota. Ha habido casos célebres de compañías enormes que de repente colapsan, como le sucedió al gigante de telecomunicaciones Nortel.

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Dentro del espectro del riesgo, las criptomonedas están claramente en el lado más arriesgado. No entendemos del todo cómo o por qué fluctúan (a diferencia de las empresas, las criptomonedas no tienen resultados trimestrales). Sabemos que hay cosas como la cobertura mediática o el sentimiento popular (cómo se siente la gente con respecto de una moneda en cada momento) que pueden afectar al precio, pero a menudo se dan grandes fluctuaciones sin previo aviso. Todo suele reducirse a una cuestión básica de oferta y demanda: ¿cuánta gente está comprando y cuánta gente está vendiendo?

Eso significa que lo que inviertas en criptomonedas podría dispararse en valor o hundirse a una fracción de lo que valía.

Cómo invertir en activos arriesgados y volátiles

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Seguramente ya sabías que las criptomonedas son arriesgadas y volátiles. ¿Significa eso que no deberías invertir en ellas en absoluto? 

No necesariamente. Un enfoque de inversión de muy bajo riesgo puede protegerte de posibles grandes pérdidas, pero también te impedirá tener posibles grandes ganancias. Esto se llama costo de oportunidad. Es el dinero que podías haber ganado si no hubieras jugado seguro.

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La manera más fácil de mitigar el riesgo es que sea una pequeña parte de tu cartera de valores. Mientras la mayor parte de tus inversiones recaigan en algo de bajo riesgo como un ETF, puedes correr más riesgos con el resto. La proporción exacta la eliges tú, pero, si quieres seguir el ejemplo de inversores expertos, Morgan Stanley limitó la cantidad que sus clientes podían invertir en Bitcoin a un 2,5 % de su patrimonio neto.

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Así, puedes sacar provecho de algunos de los beneficios: si el valor de esa pequeña cantidad se dispara, tus inversiones pueden crecer considerablemente. Si lo pierdes todo, no será un gran contratiempo para tus objetivos de inversión.

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Si tienes un fondo discrecional, un pocket de dinero que puedes gastar en lo que quieras, también podrías invertir parte de ese dinero en un activo más arriesgado. Dado que es dinero que de todos modos planeas gastar, puedes permitirte perderlo.

No me gusta usar metáforas de apuestas cuando hablo de inversión, porque las apuestas y la inversión son muy diferentes: en las apuestas, la casa siempre gana. Cuanto más tiempo pasas apostando, más probabilidades tienes de perder dinero. Cuando inviertes de manera responsable, sigue habiendo cierto riesgo, pero no es ni mucho menos igual de alto, dado que no hay una fórmula matemática que vaya en tu contra.

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Pero obviemos todo eso por un momento y comparemos la inversión con jugar a la ruleta. Cuando haces una apuesta, puedes optar por una opción de bajo riesgo, como apostar por un color, o pares o impares. Lo máximo que puedes ganar es doblar tu dinero, y por el contrario podrías perderlo. Cada una tiene una probabilidad aproximada del 46 %; no es del 50 % porque existe la pequeña probabilidad de que caiga en 0. Aun así, son buenas probabilidades.

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Pero también podrías apostar por un único número. Las probabilidades de ganar son aproximadamente del 2,6 %, pero, si ganas, multiplicas tu dinero por 36. Es un gran riesgo, pero una ganancia enorme si sale tu número.

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De nuevo, las criptomonedas no son como apostar por un solo número en la ruleta. Al fin y al cabo, las probabilidades de que pierdas todo tu dinero no son del 97,4 % como en la ruleta. 

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Pero la base sí es la misma: no es una idea terrible apostar una ficha de vez en cuando en un solo número, si puedes permitirte perderla, mientras juegas el resto de fichas de manera segura.

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¡Bueno! Llegó la hora del test. Veamos lo que has aprendido.