Lección 6

Cómo crear tu cartera de inversión

Ya has aprendido lo que son acciones, brókeres, bonos y ETF. Ahora vamos a ponerlo todo junto y a averiguar cómo crear una cartera de valores o portfolio que se adapte a tus necesidades.

Lo que vas a aprender en este capítulo:

  • Qué tiene que haber en una buena cartera
  • Qué es el riesgo y cómo determinar tolerancia al riesgo
  • Cómo gestionar tu cartera una vez creada

¿Qué es una cartera?

Puede que pienses que una cartera solo la forman las acciones en las que has invertido. Pero la realidad es que una cartera es cualquier cosa que poseas y que pueda aumentar de valor. Eso incluye, obviamente, activos como acciones, bonos y dinero en una cuenta de ahorros con intereses. Pero además comprende otro tipo de cosas, como bienes inmuebles, si tienes una casa o un apartamento; joyas de oro e incluso cartas de Pokémon, si todavía tienes alguna rara por ahí.

Entre las cosas que no cuentan están los coches, cuyo valor tiende a depreciarse, a menos que sean artículos de época o de coleccionista, y el dinero que simplemente está en tu cuenta corriente.

Cada uno de los elementos de tu cartera tiene sus peculiaridades. Por ejemplo, las inversiones inmobiliarias pueden servir también como vivienda. De hecho, suele serlo para la mayoría de las personas que poseen una casa o un piso. En ese caso, te estarías ahorrando el alquiler, a la vez que aumentas tu inversión en un activo que puede perder o ganar valor. El valor económico de ese activo, además, no es lo único a tener en cuenta, ya que incluso si su precio baja, seguirías teniendo un techo sobre tu cabeza.

Por ahora, vamos a centrarnos en la parte de una cartera que está compuesta por acciones, bonos, ETFs y demás. Si necesitas asesoramiento sobre las cartas Pokémon, puedes ponerte en contacto conmigo, Oliver, personalmente.

Qué es el riesgo y cómo gestionarlo

La creación de una cartera tiene que ver con el riesgo. Hay dos tipos de riesgo: al alza y a la baja. Supongamos que tienes una acción y que esperas que suba o baje aproximadamente un 5% a lo largo del próximo año. El riesgo alcista es la posibilidad de que suba más del 5%. El riesgo a la baja es que pierda más del 5%. Un mayor riesgo alcista suele estar correlacionado con un mayor riesgo bajista. Por lo tanto, si quieres tener la oportunidad de obtener mayores ganancias, tienes que estar preparado para la posibilidad de sufrir mayores pérdidas.

No hay garantías en cuanto al riesgo de un activo. Al fin y al cabo, puede ocurrir algo totalmente inesperado e incluso el activo más seguro puede perder todo su valor. Pero, en general, el espectro de riesgo va así, de más a menos arriesgado: acciones, ETF, bonos, cuentas de ahorro. Hay matices dentro de cada categoría, porque algunas acciones son más arriesgadas que otras, al igual que algunos bonos o ETF. Un bono muy arriesgado puede tener más riesgo que una acción bastante segura.

Las cuentas de ahorro suelen estar aseguradas por el Estado hasta una determinada cantidad, lo que significa que incluso si tu banco quiebra, podrías recuperar tu dinero. Los bonos, por su lado, pueden ser de distintos tipos y cubren todo un espectro de riesgo, por eso son calificados por las agencias de calificación crediticia. Cuando se trata de bonos del Estado, normalmente se puede asumir que se recuperará el dinero –a menos que el Estado se declare en quiebra.

Los ETF que están compuestos por acciones son vulnerables a las oscilaciones del mercado. Si hay un mal día en el mercado de valores, ninguna diversificación va a evitar que tu ETF pierda valor. Y luego están las acciones, que pueden tener un crecimiento explosivo, así como caídas muy rápidas.

Recuerda que los ETF también pueden contener bonos, lo que los situaría más cerca de esta categoría en cuanto a riesgo. Pero, como los ETF más populares son los de que están compuestos solamente por acciones, nos referiremos a ellos para simplificar.


Determinar qué porcentaje de acciones, bonos y ETF debes tener en tu cartera se conoce como diversificar.


Marcar un objetivo

Una de las mejores maneras de descubrir tu tolerancia al riesgo es determinar cuál es tu objetivo. ¿Esperas obtener unos ingresos extra? ¿Estás ahorrando para comprar un piso o una casa? ¿O está pensando en la jubilación? Cada uno de estos objetivos tiene un plazo y una importancia diferentes.

Cuanto más corto sea el plazo y más significativo el objetivo, menor será el riesgo que puedas tolerar. Por ejemplo, si lo que quieres es un ingreso extra, pero puedes sobrevivir sin él, puedes tolerar que llegue un mes en el que no obtengas ningún ingreso adicional.

Si estás ahorrando para una casa y ya tienes unos cuantos años, puedes tolerar un riesgo moderado, ya que, si sufres una caída de valor en tus activos, podrías recuperarte para el momento en que estés listo para comprar. Pero, para entonces, también necesitas haber cumplido tu objetivo.

En caso de que estés ahorrando para la jubilación, es obvio que necesitas cumplir tu objetivo antes de una fecha concreta. Pero dependiendo de tu edad, también puede que tengas el suficiente tiempo para cumplirlo. Si todavía quedan décadas para ello, puedes correr un mayor riesgo. Pero cuanto más cerca estés de la jubilación, menos podrás permitirte perder dinero.

Si no estás seguro de cuál es tu objetivo o no tienes un plazo específico en mente, existe una regla que puedes seguir: 100 - tu edad = % de acciones en tu cartera, y el resto lo inviertes en bonos o lo guardas en una cuenta de ahorros. Por ejemplo, si tienes 35 años, inviertes hasta el 65% en acciones. Si tienes 65, pon solo el 35%. No es una regla infalible, pero puedes utilizarlo como un principio básico a tener en cuenta.

El razonamiento detrás de esto es que, a largo plazo, los rendimientos de las acciones superan a los de los bonos, incluso teniendo en cuenta su volatilidad. Si invertiste un dinero justo antes de la crisis financiera de 2008 y lo has mantenido, con el tiempo, recuperarás lo perdido en la crisis e incluso ganarás más después. Así que, si puedes esperar por un tiempo, también puedes tolerar más riesgo. A medida que tu plazo se reduce, también lo hace el tiempo para recuperar pérdidas y, con ello, tu tolerancia al riesgo.

Cómo diversificar

Hay más formas de diversificar que elegir entre acciones y bonos. Las empresas trabajan en diferentes sectores y países, y otro modo de reducir riesgos es buscar la variedad en ambos sentidos en tus inversiones.

Si estás diversificando en cuanto a sectores, busca tanto los cíclicos como los anticíclicos. Los sectores cíclicos van bien cuando la economía está en auge, y no tan bien cuando va mal. Un buen ejemplo es el sector de las aerolíneas: cuando las cosas funcionan bien, la gente viaja más y las aerolíneas ganan más dinero. Cuando la economía está en declive y las personas y empresas tratan de reducir sus gastos, los viajes suelen ser lo primero que se elimina, lo que las golpea duramente.

Los sectores anticíclicos tienden a hacer lo mismo tanto si la economía va bien como si va mal, o incluso se comportan ligeramente mejor en los momentos difíciles. Estas empresas fabrican bienes de primera necesidad que se venden de todos modos. Los minoristas de productos de saldo o las tiendas de alimentación en general suelen seguir ganando dinero, o incluso haciendo más, cuando la economía se contrae y la gente pierde su trabajo. Al fin y al cabo, todo el mundo sigue necesitando comprar comida, e incluso puede que consuma más al reducir el gasto en restaurantes.

Diversificar por países también puede ayudar a reducir el riesgo. A veces, los cambios en la situación económica tienen repercusión global, como con la pandemia del coronavirus, pero lo habitual es que haya regiones más afectadas que otras. China, por ejemplo, ha sido capaz de recuperarse más rápidamente de la recesión económica causada por la pandemia, lo que ha significado una ventaja para las empresas de ese país, así como para aquellas cuyo negocio depende del mercado chino.

Y esto es todo. Ya has aprendido todo lo que teníamos que enseñarte, al menos por ahora. Un cuestionario más y estarás listo para empezar.

¿Y ahora qué?

¿Preparado para el cuestionario?

Ahora que conoces las bases, vamos a poner a prueba tus conocimientos. Después profundizaremos un poco más.
Tus resultados

¿Preparado para el cuestionario?

Ahora que conoces las bases, vamos a poner a prueba tus conocimientos. Después profundizaremos un poco más.
Final

Enhorabuena

Final

Enhorabuena

Oops!
It's a bit early to start this lesson

Our lessons built to be finished in order. Every lesson requires some knowledge from a previous one. Please procede to the last lesson you’ve started.