Lección 4

Acciones: cómo convertirse en copropietario de una empresa

Ya sabes que una acción es una participación en una empresa y que puedes ganar dinero con los dividendos o con una subida de su precio en la bolsa. Vamos a ver con más detalle cómo se puede ganar dinero con las acciones.

Vas a aprender:

  • Por qué suben y bajan los precios de las acciones
  • Qué son los osos y los toros, y qué tienen que ver con la inversión
  • Cómo invertir en acciones de forma eficiente

Cómo funcionan las acciones

Supongamos que tienes un negocio y quieres expandirlo. Ahora mismo no tienes el dinero en efectivo, ya que la mayor parte está inmovilizado en tu empresa. Pero tampoco quieres ir al banco a pedir un préstamo, ya que los tipos que te ofrecen son malos.

Una tercera opción sería vender acciones de tu empresa. Pongamos que divides la propiedad de la empresa o patrimonio en, por ejemplo, 1.000 partes y vendes 400 de ellas en el mercado abierto. Has vendido el 40% de tu empresa, lo que te permite mantener el control, pero has conseguido nuevos fondos que no tienes que devolver. Todos los que compraron al menos una de esas acciones son ahora copropietarios de la empresa contigo, y tienen derecho a una parte de los beneficios, igual que tú. Esto se denomina oferta pública de venta o OPV.

El proceso es el mismo que el de los bonos: la empresa emite acciones y anuncia el precio al que las va a vender (aquí sucede algo más, llamado contaduría, que implica cómo los bancos se involucran y calculan cuál sería un precio adecuado para las acciones, pero eso no es importante para lo que queremos explicar).

Los primeros inversores compran acciones directamente a la empresa, y así ésta recibe dinero para su desarrollo. A continuación, los inversores revenden sus acciones en la bolsa. En este momento, el precio puede ser muy diferente del que tenía al principio, ya que depende de la situación de la empresa y del estado de ánimo de los inversores. Vamos a ver por qué pasa esto.


Por qué suben y bajan los precios de las acciones


Hay muchas razones por las que los precios de las acciones suben y bajan, algunas de ellas conocidas y otras ocultas, pero todas se reducen a la ley básica de la oferta y la demanda.

Un ejemplo: tienes un puesto de verduras en un mercado agrícola. Tienes unas 200 zanahorias para vender ese día, pero al llegar te das cuenta de que hay 500 personas allí, todas esperando para comprar zanahorias. No hay suficientes zanahorias para todos. Como la demanda es alta y la oferta, baja, puedes cobrar más por las zanahorias.

Al día siguiente, los otros agricultores que te vieron hacer caja quieren también una parte del negocio, así que han traído 200 zanahorias cada uno. Sin embargo, sigue habiendo sólo 500 personas que quieren una zanahoria. Ahora hay demasiadas zanahorias y no suficiente gente. La demanda es baja, la oferta es alta. Tendrás que vender tus zanahorias con un descuento si quieres deshacerte de ellas. Todos los demás harán lo mismo para seguir siendo competitivos contigo.

Las acciones de las empresas funcionan igual. Cuando alguien compra una acción, está haciendo una apuesta por que esa empresa irá bien en el futuro, lo que hará que el precio de la acción suba. Cuando llega información que confirma o desmiente esta idea, la gente compra o vende sus acciones.

Por ejemplo, supongamos que compras una acción de la empresa A apostando por que les irá bien y el precio de la acción subirá. La empresa, entonces, publica un informe trimestral que muestra que el negocio va incluso mejor de lo que se pensaba. Las carteras de pedidos están llenas y los beneficios se multiplican. De repente, más gente quiere comprar esas acciones, porque se han dado cuenta de que es probable que la empresa vaya bien en el futuro. Empezarán a ofrecer más dinero para comprar una acción porque creen que la empresa vale incluso más que el suplemento que están pagando. Como la demanda ha aumentado, el precio de la acción sube. Y tú, que ya tenías una acción, acabas de obtener un buen beneficio.

Ahora imaginemos que ocurre lo contrario, y el informe trimestral muestra que la empresa está  creciendo con menos fuerza de lo que se esperaba. Los inversores correrán a vender sus acciones, pero no ya habrá quien las compre al precio de ayer: nadie quiere comprar acciones de una empresa que no va bien. Entonces, la oferta superará a la demanda y el precio de las acciones caerá.

El precio de las acciones fluctúa constantemente a medida que vendedores y compradores se reúnen y acuerdan transacciones. El objetivo de la bolsa es poner en contacto a compradores y vendedores. El precio de las acciones cambia constantemente, a veces un punto porcentual al día, y a veces varios puntos por hora.

Si profundizamos, a largo plazo, el precio de las acciones depende de los posibles ingresos o pérdidas de la empresa, de la economía e incluso a veces del propio precio de la acción. Los inversores estudian cómo va el negocio de la empresa, los acontecimientos que puedan ocurrir y los comentarios de la dirección, además de publicaciones económicas con las cifras de desempleo y de crecimiento del PIB, entre otros. A partir de todo esto, los inversores sacan conclusiones y compran o venden acciones.

Aquí tienes algunos ejemplos de noticias que pueden cambiar los precios de las acciones.

↗ Expansión.

Si una empresa abre nuevas tiendas, pone en marcha una nueva fábrica o se expande a un nuevo mercado, es que lo está haciendo bien, por lo que los inversores creen en la empresa y quieren comprar sus acciones.

Ejemplo: el 3 de julio de 2014, el fabricante de automóviles alemán BMW anunció que abriría una nueva planta de montaje en México. Fue una noticia muy importante, ya que la decisión de abrir una fábrica suele tomarse a 20 o 30 años vista. Solo ese día, las acciones subieron un 2,6%.

↗ Demanda creciente de un producto o servicio.

Si una empresa suma clientes sin parar, el dinero le sigue. Puede ganar esos clientes a sus competidores, o que el mercado crezca para esos clientes.

Ejemplo: En 2002, cuando Amazon todavía era básicamente una librería online, lanzó discretamente su división de servicios web, que permite a los clientes alquilar espacio y servicios de computación en la nube. Con el tiempo, el mercado de ese tipo de negocio se disparó, y ahora una parte importante de Internet funciona con AWS. También representa más de la mitad de los beneficios de Amazon. Y el precio de las acciones de Amazon, bueno, ya sabes cómo ha ido.

↗ La empresa reduce su deuda y empieza a pagar dividendos, es decir, a repartir beneficios entre sus accionistas. La mayoría de las empresas se endeudan. Piden préstamos para contratar más personal, lanzar más productos y actualizar la producción. La mayor parte de los ingresos de una empresa se destina a hacer inversiones y al pago de intereses.

Cuando la deuda se devuelve antes de lo esperado y se empiezan a pagar dividendos a los accionistas o éstos aumentan, es señal de una buena salud de la empresa.

↗ Recompra de acciones.
Esta se consideraba una táctica controvertida, pero se ha vuelto mucho más común últimamente. Las empresas pueden comprar sus propias acciones en el mercado abierto, reduciendo el número de acciones en circulación, lo que disminuye la oferta y hace subir el precio de las acciones. A diferencia de las otras razones, esta no es resultado de una declaración sobre la salud de la empresa, sino de las características propias del funcionamiento de la oferta de acciones.

↗ ↘ Situación económica.
Gran parte de la economía es cíclica, y sube y baja a un ritmo regular. Pongamos que un país acaba de salir de una recesión. Por fin tiene más dinero y quiere utilizarlo para mejorar las infraestructuras. Esto aumenta la demanda en la industria de la construcción, ya que se están construyendo y renovando edificios. A su vez, impulsa la demanda de acero, hormigón y otras materias primas. Con el tiempo, la demanda en la construcción desciende, ya que se satisface la demanda de apartamentos. La demanda de acero y hormigón cae y, con ello, el precio de ambas materias primas. Algunas empresas siderúrgicas puede que no sobrevivan a la caída del precio del acero y quiebren. Esto hace que haya menos acero en el mercado, lo que hace que el precio vuelva a subir, y así sucesivamente.

↗ ↘ Regulación.
Nuevas leyes pueden restringir la actividad de algunas empresas e impulsar el desarrollo de otras. También pueden abrir el panorama competitivo a nuevas empresas o abrir nuevos mercados y oportunidades.

Un buen ejemplo es el calentamiento global. Las leyes que restringen la cantidad de CO2 que pueden producir las empresas han dificultado el negocio de los productores de combustibles fósiles, los fabricantes de automóviles y otras industrias. Pero también ha abierto el mercado para las empresas de energías renovables, los fabricantes de coches eléctricos y otros tipos de empresas innovadoras. Piensa en Tesla y en la evolución del precio de sus acciones que pasará a los libros de historia (aunque lo que realmente hace que las acciones de Tesla suba a precios récords va más allá de la regulación simplemente).

↘ Sanciones políticas.
Pueden bloquear la entrada de ciertas empresas a mercados extranjeros o aumentar sus costes haciendo que paguen aranceles más altos.

En abril de 2018, Estados Unidos impuso sanciones contra una serie de empresas y empresarios rusos. Las sanciones incluían la congelación de sus activos en Estados Unidos y la prohibición a las empresas estadounidenses de hacer cualquier tipo de negocio con los miembros de esta lista negra. Esta noticia asustó a los inversores y comenzaron a vender sus acciones.

Las acciones de Rusal, que antes de las sanciones obtenían el 14% de sus ingresos por las ventas en Estados Unidos, cayeron durante los cinco meses siguientes y, en septiembre, eran un 40% más baratas. A finales de 2018 levantaron las sanciones. Para entonces, la empresa había sido capaz de neutralizar ese efecto negativo y ganar incluso más que en 2017. Sin embargo, los inversores seguían temiendo que se restablecieran las sanciones, por lo que el precio de las acciones no recuperó el nivel anterior.

↘ Accidentes y otras causas de fuerza mayor.
Las empresas que extraen o procesan recursos naturales siempre corren el riesgo de sufrir accidentes y catástrofes. Cuanto más duramente afecte el accidente a la producción, mayor será la probabilidad de que caigan los beneficios y el precio de las acciones.

El 4 de agosto de 2017, se produjo una fuga de agua en la mina de diamantes Mir, operada por la empresa Alrosa. La mina se inundó y dejó de ser apta para la extracción de diamantes. En ese momento, la empresa perdió la mina de la que extraía el 10% de sus diamantes y, en consecuencia, los ingresos por su venta. En un mes, sus acciones cayeron un 8% y no volvieron a niveles anteriores hasta finales de año. Pero la empresa, en cambio, aumentó su producción en otras minas. Como resultado, la producción total en 2017 aumentó un 6%. Así lo informó la empresa a principios de 2018. Los inversores se calmaron y las previsiones volvieron a indicar crecimiento.

No sólo los productores de materias primas se enfrentan a causas de fuerza mayor. La pandemia de coronavirus es un gran ejemplo de ello: cerró todo, desde los cines hasta los concesionarios de automóviles.

↘ Caída de las ventas.
A veces un competidor saca un producto mejor, a veces simplemente tu producto deja de ser popular. Sea como sea, no son buenas noticias para tu empresa.


A finales de junio de 2007, Apple lanzó su primer iPhone. Después de que crecieran las acciones de Apple, las de su competidor Nokia subieron también, ya que la gente esperaba que todos los fabricantes de teléfonos móviles fueran a beneficiarse de estos avances e igualar lo que Apple estaba presentando. Pero la empresa finlandesa no consiguió hacer nada parecido al iPhone. No fue capaz de seguir el rápido crecimiento del mercado de los smartphones y acabó vendiendo su negocio a Microsoft. Después, sus acciones cayeron casi un 90% y nunca volvieron a acercarse a sus máximos de mediados de 2007.

Recapitulemos: cuando a una empresa le va bien, o se espera que le vaya bien, las acciones suben. Si lo hace mal, o se espera que lo haga, las acciones bajan. Suena bastante sencillo, ¿verdad?

Por desgracia, no lo es.

Alcistas y bajistas


El problema con los movimientos de los precios de las acciones es que pueden ocurrir por razones aparentemente inexplicables. A veces puede depender simplemente del precio de la acción en sí misma, y otras del razonamiento de algún algoritmo de trading automatizado que tomó una decisión que nadie entiende.

Una de las principales razones por las que parece que los precios de las acciones tienen comportamientos ilógicos son los propios inversores. Los inversores son criaturas emocionales y pueden sentir fácilmente pánico o euforia, y ninguna de las dos es buena para las acciones a largo plazo. Ven a alguien vendiendo o comprando acciones y corren a hacer lo mismo, creando un movimiento en los precios de las acciones que no tiene ninguna relación con la salud real de la empresa.

Un gran ejemplo es Hertz, la empresa estadounidense de alquiler de coches. En mayo de 2020, la empresa quebró porque nadie alquilaba coches en medio de una pandemia mundial. El precio de la acción cayó por debajo de un dólar.

Entonces ocurrió algo curioso. Los estadounidenses recibieron un cheque de estímulo de 1.200 dólares del gobierno, con lo que, de repente, tenían dinero en efectivo y más tiempo libre. Encerrados en casa, y muchos de ellos desempleados, recurrieron al trading online. Algunos empezaron a comprar acciones de Hertz. Después se sumaron más y más inversores. El precio de Hertz se disparó de 56 centavos a 5,53 dólares, multiplicando por casi 10 veces el precio inicial. Y, sin embargo, nada había cambiado en cuanto a la salud de la empresa: seguía en quiebra.

En un momento dado, la empresa intentó incluso vender nuevas acciones a un precio elevado para financiar su deuda, aunque un tribunal acabó por impedirlo. En la actualidad, Hertz cotiza más cerca de su precio de quiebra.

El pánico y la exageración pueden afectar no sólo a una empresa en particular, sino a todo un sector, y a veces incluso al mercado en su conjunto.

La burbuja de las punto-com es un ejemplo famoso de ello. Los inversores estaban desesperados por hacerse con un trozo del pastel durante el boom de las empresas de Internet. Esto significó que incluso empresas pequeñas o mal gestionadas que tenían algo que ver con Internet vieron cómo sus acciones se vendían en cantidades desconocidas hasta entonces.

Sus precios, en cambio, no estaban respaldados por la salud real de las empresas. A principios de la década de los 2000, los inversores se dieron cuenta de que la mayoría de las empresas en las que habían invertido no eran capaces de obtener beneficios. La burbuja alcanzó su punto álgido en marzo de 2000 y después estalló. Como resultado, miles de nuevas empresas quebraron y los inversores perdieron billones de dólares. Incluso las acciones de gigantes como Cisco, Intel y Oracle perdieron entonces más del 80% de su valor.

Ambos acontecimientos son ejemplos clásicos de comportamiento alcista y bajista. Cuando la gente clasifica a los inversores, suele hacerlo en una de estas dos categorías.

Los alcistas se relacionan con los toros: son agresivos, se lanzan al ataque, lo compran todo y no les importa lo que haya en su camino. Piensa en los inversores que compran acciones de Hertz a pesar de que la empresa está en quiebra.


Los bajistas, que son representados como osos, son lo contrario. Tienen miedo de todo y tratan desesperadamente de no perder dinero. Venderán sus acciones ante la más mínima noticia de que algo va mal. Piensa en el pánico de los inversores que vendieron sus acciones de Intel cuando estalló la burbuja de las punto-com. Intel no era una de las nuevas empresas de Internet con el precio de las acciones inflado, pero aún así los inversores seguían temían que el estallido de la burbuja pudiera perjudicarla.

Los términos alcista o bajista se utilizan para describir comportamientos, no sólo inversores. Claro que puede haber inversores que encajen más en un perfil u otro, pero la mayoría de nosotros tenemos un poco de ambos.

Pero los movimientos del mercado o de las acciones son más fáciles de describir. Cuando las acciones suben constantemente, se habla de un mercado alcista. Cuando bajan o se retraen, es un mercado bajista. Del mismo modo, puedes ser alcista o bajista en relación a una acción: crees que va a subir o a bajar.

Estos ejemplos son importantes porque, como inversor, a veces tienes que resistirse a seguir lo que hace la gente. No compres una acción simplemente porque todo el mundo la está comprando. No la vendas tampoco sólo porque parece que todo el mundo lo hace. Por supuesto, si una acción está subiendo de verdad, puedes intentar formar parte de esa subida y, si una acción en la que has invertido está cayendo, siempre merece la pena examinar por qué. En cualquier caso, toma tu decisión basándote en algo más que en lo que hacen los demás.

Cómo deberías elegir tus acciones

Si vas a invertir en acciones individuales, deberías seguir de cerca a las empresas. Revisa sus finanzas, lee sus informes, lee las noticias sobre ellas y mantente al tanto de cualquier acontecimiento que pueda afectar al precio de sus acciones. Tu recompensa, si lo haces bien, es una rentabilidad superior a la que te podrían dar los bonos o una cuenta de ahorros.

En la app Vivid tienes un montón de herramientas que te ayudan a hacerlo. Nuestra estimación de consenso agrega precios objetivos de analistas (el precio que los analistas financieros que estudian la empresa de cerca creen que vale una acción), y te indica cómo se relaciona con el precio actual de la acción. También tenemos cobertura informativa y una actualización diaria del mercado que te permite saber qué puede estar haciendo que se mueva el precio de las acciones ese día. Ten en cuenta que los movimientos diarios de las acciones suelen causar más ruido que señales claras. A menos que estén relacionados con una gran acción corporativa (un informe de ganancias, una declaración de quiebra, una fusión o adquisición), los movimientos diarios de las acciones forman parte de los movimientos generales de los mercados. Mucho más importantes son los movimientos de los precios a largo plazo, es decir, cuánto ha ganado o perdido una acción en las últimas semanas o meses.

O puedes invertir en un ETF, que replica los movimientos de un conjunto de acciones, normalmente un índice. Su principal ventaja es la cobertura del riesgo. Si una acción cae, sólo supone una parte del ETF, y las demás acciones deberían mantener tu inversión protegida. Hablaremos de los ETF en la próxima lección.

Si aún así quieres comprar acciones por ti mismo, intenta seguir los siguientes principios.

- A menudo, los inversores profesionales, como los fondos de inversión, invierten un 60% en acciones y el 40% restante en bonos. Esta proporción refleja aproximadamente el porcentaje de acciones y bonos en el mercado mundial.

- Diversificación. Invertir en acciones de distintas empresas, en diferentes sectores y países ayuda a mitigar las pérdidas en caso de una caída. Si las acciones de una empresa superan el 5% de tu cartera, sentirás más directamente los efectos de los movimientos de esa acción en general. La diversificación te puede ayudar a compensar las pérdidas de una empresa, un país o incluso un sector que vaya mal.

- No te dejes llevar por la euforia o el pánico. Los comportamientos extremadamente alcistas y bajistas casi nunca ayudan. Si ves que la gente habla de una acción con bombo y platillo, examínala con más cuidado de lo que lo harías con una acción normal. Si una empresa en la que has invertido cae un poco y oyes que la gente entra en pánico y dice que es el comienzo de un colapso, sé igual de escéptico.

Si eres nuevo, la especulación es una táctica arriesgada. La inversión a corto plazo requiere más suerte que habilidad, y la mayoría de los gestores de dinero en activo, incluso los que tienen décadas de experiencia, no consiguen ganar al mercado.

Lee a los analistas. Los bancos de inversión y los brókers tienen departamentos de analistas que estudian los valores y ofrecen ideas de inversión. Pero recuerda que solo tú serás responsable de tus decisiones: los analistas no pueden garantizar que sus tesis de inversión vayan a funcionar.

El análisis de los analistas se encuentra en el perfil de la empresa en tu app Vivid. Allí verás cuánto debería costar la acción, según diferentes analistas. Si la previsión media es superior al valor de mercado actual, entonces la acción tiene cierto potencial de crecimiento. Eso sí, tener potencial, no equivale a tener una garantía.

En resumen:

Nadie sabe exactamente cómo se moverá el precio de una acción o un mercado mañana. Si quieres aumentar tus posibilidades de éxito, debes investigar, leer informes de analistas, gestionar el riesgo y evitar copiar lo que hacen los demás.

Muy bien, ha llegado nuestro momento favorito. ¿Preparado para el cuestionario?

¿Y ahora qué?

¿Preparado para el cuestionario?

Ahora que conoces las bases, vamos a poner a prueba tus conocimientos. Después profundizaremos un poco más.
Tus resultados

It’s time for a quiz!

Ahora que conoces las bases, vamos a poner a prueba tus conocimientos. Después profundizaremos un poco más.
Lección 5

ETF: cómo invertir fácilmente en cientos de empresas

Lección 5

ETF: cómo invertir fácilmente en cientos de empresas

Oops!
It's a bit early to start this lesson

Our lessons built to be finished in order. Every lesson requires some knowledge from a previous one. Please procede to the last lesson you’ve started.